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| Vengo (2014) |
En su cuarto álbum la cantautora asume un rol en la música latinoamericana como la voz de una generación comprometida con sus raíces y la historia que nos influye. 'Vengo' es la plenitud de un rap consciente, político y femenino.
Nadie podría poner en duda la consecuencia con la que Ana Tijoux (36) ha venido construyendo una carrera que hoy la ubica en lo alto de la música chilena en el exterior. Sus versos nunca han estado sujetos a intereses ni modas por lo que cuando canta "no voy a pedir permiso, ni pedir la palabra el que quiera escucharme bienvenido en esta sala" ('Somos Todos Terroristas') está lejos de la superioridad intelectual con la que otros se venden (saludos Calle13).
En 8 años de desarrollo como solista (desde la separación de Makiza) Tijoux entendió que a la música latina actual le falta carácter, opinión e identidad y ahí ella tiene mucho que aportar. Y esto de la búsqueda de raíces sudamericanas no se trata de adornar con zampoñas (saludos Gepe) sino entender un arraigo mucho más profundo "con mi pelo negro" ('Vengo'). Y aunque ninguno de los 17 temas posee la virtud pop del single '1977' la voz chilena con mayor futuro internacional ratifica que en su rima tiene una responsabilidad con quienes no fueron invitados a la repartición de poder, con convicción y certeza.